El primer trabajo discográfico de la catalana Leila Montes nace de la necesidad de expresar años de dedicación a la música a través de canciones donde confluyen lo cantado y lo vivido.
En él se reflejan los géneros y artistas que la han acompañado durante estos años: Chet Baker, Ella Fitzgerald, Maceo Parker, Erika Badu, Jill Scott, entre otros muchos, de los cuales bebe sin prejuicios parae xpresar su manera de ver y vivir la música. El resultado es un proyecto honesto donde sus propias experiencias son las protagonistas; su personal voz hila el entramado de armonía y palabras resultantes de ellas, prestando especial atención a uno de sus signos distintivos, la armonía vocal.
Tal y como reflejó Thomas Mann en su libro La Muerte en Venecia: “El artista no es solamente el que sueña, como cualquier individuo, sino el que construye sueños”. Leila Montes absorbe esta idea y le da forma, creando un espacio donde sus propios anhelos y vivencias se materializan en un proyecto personal listo para mecer a quien lo escuche. Dulces sueños.