En el año 74, con los últimos coletazos del régimen, cuando el barrio madrileño de la Elipa era más barrio de lo que nunca ha sido, entre los discos de estraperlo de los Rolling Stones y Deep Purple, aparece uno de los grupos que lucen con todas las de la ley (no de entonces), la etiqueta de leyenda viva, Burning.
Ahora después de casi cuarenta años en el candelero, de un montón de discos editados, de sobrevivir a sus tragedias personales (la muerte de Toño y Pepe Risi) y los cambios propios de la música durante estas décadas, aquí están muy vivos y presentado su nuevo y flamante álbum “Pura Sangre”
La música de Burning es canallesca, castiza, chulesca y nostálgica. Sus temas nos transportan a las novias que nunca conocimos, las barras que nunca soportaron nuestras penas y los cigarros que dejamos de fumar. Su música es para perdedores, para solitarios, para los amantes del olvido, de historias inconclusas, de ayeres y de ya te lo dije. Su verbo fácil, su mirada turbia y el olor a humo son, para cualquier alma sensible, un déja-vu. Ejercicios de nostalgia que rememoran una escena no vivida sino por vivir.
Componen la banda: Johnny Cifuentes: Voz y teclados , Eduardo Pinilla: Guitarra , Carlos Guardado: Bajo y Kacho Casal: Batería
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