Errabal edita el último disco de Chris Kase, su séptimo como líder, titulado "My Private Circus". Un disco muy personal y poco usual en la trayectoria del músico estadounidense, afincado en España desde hace quince años, tiempo suficiente para dar a conocer su voz original con la trompeta y el fliscorno, además de sus habilidades como compositor y productor. Kase juega más papeles aquí - los de bajista, teclista y técnico de sonido entre ellos - en una producción magistral que le lleva a unos terrenos estilísticos que hasta ahora no ha podido explorar en un disco. Escucharle en un ambiente que no incluye la típica formación de jazz acústico no deja de sorprender. Según él, ha tenido "durante años un superávit de composiciones e ideas musicales, algunas que por su contenido o su uso de instrumentos electrónicos no encajaban en el típico formato de cuarteto o quinteto. Era hora de saber hasta dónde me podían llevar. Trabajaba en este proyecto durante tres años, turnando con otro que era música para un sexteto un poco más convencional. Era a veces un proceso arduo pero muy educacional, y estoy muy contento con el resultado".
Su afición por el bajo eléctrico (con y sin trastes) no es algo reciente. Por primera vez el oyente podrá comprobar que además de un excelente trompetista es capaz de hacer una producción en la que además de componer los temas juega con instrumentos eléctricos y acústicos, recordando las épocas de la música de fusión y la improvisación con diferentes estilos y rítmicas. Un proceso muy espontáneo en el que componer, interpretar y grabar se convierten en algo simultáneo.
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