Son tantos los intereses y los trazos comunes que hermanan a estas dos veteranas formaciones de la música tradicional catalana que era casi inevitable que, tarde o temprano, unos y otros tomaran la decisión de subir unidos a un escenario y realizar un espectáculo conjunto. Ambos grupos son herederos de la memoria musical del Pirineo y se han encargado de revitalizar y perpetuar una tradición hecha del recuerdo de los violinistas y acordeonistas que antiguamente recorrían la zona con sus tonadas y melodías. Una misión que probablemente hubiera sido imposible sin los frutos del infatigable trabajo de estudio y recuperación de la música pirenaica realizada por (componente de ), quien ha ayudado con sus valiosísimos hallazgos a confeccionar buena parte del repertorio de las dos bandas. Pero si es cierto que son muchas las cosas que unen a y , no lo es menos que los dos grupos tienen una personalidad propia y perfectamente diferenciada que les vacuna contra la posibilidad del mimetismo. Y es aquí, en la diferencia, en la riqueza y amplitud de matices, donde reside el principal interés de este proyecto. Cuando suben todos juntos al escenario, los once músicos, lo que escuchamos no es a o al , no. Lo que escuchamos es algo nuevo, una sonoridad inédita y de fuerza desbordante. Como la que pudieron disfrutar quienes se acercaron ala Plaza del Sol en la Villa de Gràcia la noche del 15 de agosto de este mismo año, cuando los dos grupos ofrecieron una actuación conjunta interpretando canciones de sus respectivos repertorios, recuperando fragmentos de la tradición oral del Pirineo y rindiendo homenaje a la figura tristemente desaparecida del violinista , un verdadero mito de la música pirenaica. es la grabación de esta vibrante actuación y una obra absolutamente imprescindible en la trayectoria de estos dos grandes grupos.